![]() |
Los nativos y los inmigrantes digitales. Además de presentar, desarrollar y criticar esta
metáfora, se aportan datos de otras investigaciones recientes de varias disciplinas
(ciencias del lenguaje, educación, informática), para fundamentar la tesis de que se
está produciendo un cambio cultural profundo en las formas de acceso, circulación
y construcción de la información y del conocimiento, que afecta de modo directo a la
actividad en las escuelas. La última parte del texto describe esta situación y aporta
algunas ideas para avanzar en la búsqueda de una educación que integre las TIC de
modo más decidido en las diversas materias curriculares y que trace puentes entre lo
que los chicos hacen con las TIC fuera de la escuela y lo que tienen que aprenden dentro
de la misma.
Palabras clave: lectura y escritura en línea, TIC, alfabetización digital, Alfi n, nativos
digitales, inmigrantes digitales.
Es bastante difundida la idea de que, en la actualidad, coexisten dos comunidades Los nativos son los chicos que han crecido rodeados de pantallas, teclados y ratones La aproximación de los inmigrantes al mundo digital es parecida a la de los emigrantes
generacionales diferentes, una de jóvenes —e incluso niños— y otra de adultos, que
aunque compartan una misma tecnología informática, móvil y multimodal, la utilizan y la
transforman de manera distinta y peculiar. La primera es la que conoce los términos en
cursiva del apartado anterior, y la segunda la que no los conoce
informáticos, que tienen uno o varios ordenadores en su casa o habitación desde
muy pequeños, que usan móvil desde que hicieron la primera comunión (o una fecha
equivalente), que pasan más de 20 horas a la semana frente a una consola de videojuegos
y que ya no saben lo que es una cinta de casete o un disco de vinilo ni mucho menos una
agenda telefónica de papel. Dichos nativos utilizan estos dispositivos con destreza y sin
esfuerzo, en su vida privada, fuera de la escuela, aunque ningún profesor ni curso formal
les haya enseñado a hacerlo. Los usan para crear-inventar-compartir con sus amigos de
carne y hueso o sus nuevas amistades en la red.
que llegan a un territorio nuevo, del que desconocen la cultura, la lengua y las formas de
vida, y que empiezan a hablar con mucho acento y con interferencias lingüísticas. Entre
otras conductas, los inmigrantes imprimen las webs para leerlas mejor o para guardarlas,
llaman por teléfono para verifi car si se ha recibido un correo electrónico o se compran
un manual para tontos de Word 2007, Offi ce 2007 u otro programa cualquiera para
aprender a usarlo, en vez de utilizar el tutorial completo, gratuito y en línea que incluye
el programa. Los inmigrantes se matriculan en cursos presenciales, con horario fi jo y
profesor, para aprender Navegación en la red o Creación de blogs, porque se sienten
incapaces de aprender en línea y por su cuenta. Y en el mejor de los casos, tardan varios
minutos en responder los SMS (Short Message Service o Servicio de Mensajes Cortos,
en castellano) que les envía el hijo o el sobrino…
Porque a la luz de la aparición de generaciones con capacidades, intereses, manejo de la tecnología y valoración de la formación y de la información totalmente ortogonales respecto de las preexistentes, los cantos de cisne de la bloomaniana (el desesperado intento de los Harold Bloom, los Giovanni Sartori, los Karl Popper y los frankfurtianos de toda estofa, de mantener viva la antorcha de la alta cultura so pena de abandonar ese sacrosanto espacio regalándoselo a la barbarie digital -ex cultura popular tecnologizada) cualquier diagnóstico y cualquier pronóstico deben ser deconstruidos y vueltos a diseñar.
En particular los diagnósticos de decadencia cultural educativa y de pérdida de los valores humanistas a cargo de una tecnología fría, inclemente y fundamentalmente mercantilista (como sobreabundan en los diagnósticos de Alan Bloom y su seminal y ultraconservadora The Closing of the American Mind (1987).
¿No habrá que rever el concepto mismo de rendimiento y evaluación educativa? ¿No habrá que reevaluar nuestro diagnóstico facilista acerca de la decadencia (educativa) de Occidente? ¿No habrá que repensar si las prueba PISA y todas esas parafernalias de la ortodoxia (incluyendo la acreditación universitaria) no están cometiendo errores semejantes a los que cometió Piaget tratando de aplicar los baremos suizos a los chicos africanos? ¿Qué se está midiendo exactamente? Pero sobre todo ¿qué es lo que no se está midiendo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario